Niños zurdos

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Niños zurdos

Se calcula que entre el 12 y el 15% de la población mundial es zurda. Un fenómeno debido a la lateralidad (lado dominante) del cerebro, que se da más entre hombres que entre mujeres, y que tiene bastante que ver con la genética. Su visibilidad es tardía y puede que no percibamos en nuestros hijos esa tendencia hasta los 4 años, cuando los más pequeños fijan los patrones de sus rutinas. Esta característica no es un mal ni una enfermedad que deba preocuparnos, pero, ciertamente, entre muchos padres surgen preguntas para poder saber cómo ayudar a nuestros hijos a superar los problemas a los que deberán enfrentarse en un mundo de diestros.

Hoy, desde esta nueva publicación en nuestro blog, Rosa Mª Balsells Psicólogos Tortosa, queremos tratar de daros algunas de esas pautas, para estar al lado de vuestros pequeños cuando lo necesiten, ante las adversidades que puedan afrontar por ser zurdos.

Ni bueno, ni malo

Hasta no hace tantos años, ser zurdo era considerado algo malo, ya que iba en contra de la naturaleza que se creía predominante. Tanto era así que se llegaba a ocultar y se obligaba a aquellos quienes lo padecían a usar la mano contraria, poniendo en riesgo la salud mental del zurdo, pues no hacía nada que su cerebro no le indicara que debía hacer.

Por suerte, esa creencia ha cambiado y ser zurdo ya no es ni bueno ni malo sino, simplemente, una condición que viene fijada en nuestros genes y que se gesta mucho antes de lo que imaginamos (nadie elige serlo, es algo con lo que se nace), pero que, lógicamente, no se hace visible hasta cierta edad.

Lo que sí es cierto, es que la zurdera es un fenotipo minoritario de la especie humana, es decir, la gran mayoría de personas somos diestras y tan sólo un porcentaje algo menor al 15% de la población mundial, es zurda. Ser conscientes de si un niño lo es, o no, es importante para ayudarle en todo aquello que pueda sentir, sobre todo cuando son más pequeños y les falta entendimiento, porque va en su contra o perciben que es su culpa y lo están haciendo mal.

«Problemas» a los que deben enfrentarse los niños zurdos

Lo primero que debemos tener claro es que, si notamos que nuestro hijo, o hija, tiene tendencia a hacer las cosas con la mano izquierda, nunca se le debe corregir. Como decíamos, la lateralidad de un niño viene determinada por genética y obligarle a ir en contra de sus “principios” puede causarle distintos traumas y problemas psicológicos: frustración, baja autoestima, problemas para distinguir derecha de izquierda, dislexia…

No obstante, hay que ser conscientes de ello y darle apoyo ante todos aquellos pequeños impedimentos que encontrará en el camino porque, ciertamente, la predominancia del humano diestro, marca muchas de las tareas y actividades de la sociedad. Hablamos, por ejemplo, de intentar tomar unas tijeras y recortar un trozo de papel para hacer una manualidad, algo imposible si lo prueban, de primeras, con unas tijeras normales utilizando la mano izquierda. También, pueden aparecer problemas de escritura y, al principio, falta de buena letra, algo que suele tener repercusiones a nivel estudiantil en los primeros años. Al escribir con la izquierda, el movimiento de la mano es hacia dentro y no hacia fuera como sería lo natural, por ello, es normal que se cojan malas posturas, que tengan mala letra o se les canse la mano antes.

Consejos para ayudarles

No poder hacer ciertas tareas con la misma facilidad con la que las hacen el resto de niños, desde las más sencillas a algunas más complejas, puede causarles frustración, ansiedad o, incluso, falta de autoconfianza, por lo que es vital, como padres, ayudarles a hacerles ver que no hay ningún impedimento -ni nada que les frene- a poder hacer lo mismo que el resto. A asumir que puede que al principio les cueste, pero que, con paciencia y algo más de práctica pueden dominar y desarrollar igual que los diestros:

1- El primer consejo que os damos -y el más obvio- para que vuestros hijos entiendan la situación es explicarles qué es ser zurdo y por qué unas personas lo son y otras no. Como decíamos, no queremos que esta realidad les impida creer que son diferentes y no pueden alcanzar las mismas metas y objetivos que el resto.

2- A la hora de escribir, enseñadles a sentarse y a agarrar el lápiz correctamente. El mayor impedimento es no mancharse ni emborronar lo que escriben, así que hay que mostrarles cual es la mejor postura de la mano. La ideal es en forma de “gancho”, cogiendo el lápiz un poco más lejos de la punta y ladeando el papel hacia la derecha.

3- Los niños zurdos utilizan mejor los lápices y los bolígrafos triangulares que los cilíndricos.

4- En referencia a este último punto, por suerte, hay todo un mundo para zurdos, así que compradles los materiales y herramientas que precisan para que no se sientan frustrados: tijeras, sacapuntas, cuchillos, cuadernos…

5- Cuando os toque enseñarles diversas tareas del ámbito más personal como, por ejemplo, aprender a abrocharse los cordones de las zapatillas, podéis valeros de un espejo como guía para que vuestra derecha sea su izquierda.

6- Paciencia. Son niños y todos sabemos de las dificultades que entraña la crianza y educación de nuestros pequeños. Imaginemos pues si ésta se torna algo más costosa por su condición de zurdos. No dejéis nunca de apoyarles y recalcadles que su pequeña “diferencia” está más que bien y no hay razón alguna para que se sientan mal consigo mismos.